Descubre emocionantes actividades en Nueva Zelanda, desde deportes extremos como bungee jumping y paracaidismo, hasta senderismo y exploración de icónicos escenarios del Señor de los Anillos, perfectos para aventureros.
Nueva Zelanda: un país para aventureros
Mientras estés estudiando y posiblemente trabajando en Nueva Zelanda quizás sientas la necesidad de salir de la rutina en algún momento de tu estancia. Es posible que quieras conocer más rincones del país, al fin y al cabo… ¡Estás en la otra punta del mundo!
Te vamos a contar algunas tres de las mejores cosas que puedes hacer en Nueva Zelanda en tu tiempo libre, pero ten en cuenta que algunas vienen con una advertencia, ¡no son aptas para todos los públicos!
1. Deportes Extremos:
En este país podrás encontrar algunas de las mejores ciudades del mundo para vivir, una buena economía y una gran seguridad. Ésas son algunas de las razones por las que los Kiwis (apodo cariñoso para los neozelandeses) buscan emociones fuertes en su tiempo libre, la pregunta es si tú también las buscas.
Los deportes extremos son algo que, si eres un aventurero no puedes dejar de disfrutar. El puente Kawarau en Queenstown es la cuna del bungee jumping. Hace 29 años, en ese mismo lugar, se ofreció por primera vez en la historia del mundo el bungee de manera comercial. Un salto de 43 metros en medio de un paisaje cinematográfico, ¿te atreverías a saltar?
El paracaidismo en cualquier parte del mundo es una experiencia fantástica, pero al hacerlo en Nueva Zelanda en el modo de salto tándem, tendrás la increíble suerte de poder ver impresionantes lagos, playas y montañas, todo eso al mismo tiempo que caes desde 5.500 metros de altura alcanzando los 250 km/h en menos de un minuto, tenemos que advertirte de que estos saltos no son aptos para personas miedosas, pero no podrás hacerlo en un lugar mejor.
2. Senderismo:
Puedes encontrar cientos de paisajes que no olvidarás en este país, en los que podrás caminar o simplemente hacer fotos y disfrutar del contacto con la naturaleza en estado puro, o incluso acampar bajo las estrellas. Al sur puedes visitar las 3 especies de pingüinos que habitan en las islas, y así conocer un poco de la fauna nativa, ¡no sólo hay kiwis en Nueva Zelanda!
Y además de todo lo anterior, debemos resaltar que existen parajes naturales que ofrecen un plan muy distinto a las alturas y a la velocidad. Por ejemplo, las cuevas de Waitomo son el destino perfecto para escalar, caminar y nadar, todo eso en el mismo lugar. Recorrerlo promete no dejarte impasible, además de que tendrás un espectáculo de luces privado de la mano de los gusanos de luz, en el techo de la cueva.
3. Escenarios del Señor de los Anillos:
Si te gustaron las películas del Señor de los Anillos, seguro ya sabes que en Nueva Zelanda se hicieron alrededor de 150 localizaciones para la grabación de los paisajes de la trilogía original, y eventualmente también para la del Hobbit.
Existen viajes que ofrecen un recorrido por algunos de los sitios más icónicos de estas películas, entre los cuales están Matama, en la Isla Norte. Aquí, en medio de granjas de leche, cobró vida el pueblo de los Hobbits en ambas trilogías. Aún se conservan partes de la escenografía para el disfrute de los fans que visitan cada año.
En las islas del Sur encontrarás incluso más destinos para poder visitar. Como es el caso de Canterbury, que del set ya no queda nada, pero la magia del lugar aún prevalece y donde encontrarás un hostal para pasar la noche. Aquí se edificó el pueblo de Edoras, ciudad principal del pueblo de Rohan. O en Nelson donde estaba el «Anillo único”. Aquí podrás encontrar un verdadero regalo para los amantes de las historias de la tierra media. Este es el hogar de un hombre muy especial llamado Jens Hansen, orfebre de profesión y creador de los 40 anillos usados en la filmación de las películas. En su cabaña encontrarás uno de los anillos originales expuestos. Si quieres una réplica, puedes comprarle una hecha por él mismo en oro de 9 o 18 quilates para que lo lleves siempre contigo.
Las cosas que podrás hacer en estas islas son casi infinitas. Pero recuerda siempre consultar la disponibilidad de hostales y los precios antes de comenzar una nueva aventura. ¿Por dónde vas a empezar?